Tuesday, July 31, 2007

CIENCIA Y CONCIENCIA PARA LA LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL

CIENCIA Y CONCIENCIA PARA LA LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL

Ricardo Ángel Cardona

La conciencia de las masas latinoamericanas está signada lastimosamente por la ideología de 500 años de opresión, desde la llegada de los españoles feudales y místicos con una religión asiática entre manos, hasta los mas-media actuales basados en Harry Potter, James Bond, Supermán, Donald y el rico Mac Pato, El Señor de los Anillos, Piratas del Caribe, Sherlock Holmes, Batman, Hollywood, Vaqueros, etc.

Es decir el mundo fantasioso que nada tiene que ver con la pobreza, miseria, deuda externa, prostitución, opresión, favelas, villas miseria, analfabetismo, desnutrición crónica, hambre, violencia, movimientos sin tierra, trabajo y sin techo, polución y contaminación, bases militares yankis para controlar países, etc., característica normal y diaria de todos y cada uno de los países de Latinoamérica.

Para el latinoamericano promedio no se puede o no se debería cuestionar nada de esto porque forma parte de la eterna civilización occidental, democrática y cristiana. Todo unido para embrutecer conciencias y que no haya rebelión y un nuevo orden.
Para la mirada imperial todo está atado y bien atado para que las masas latinoamericanas se comporten embrutecidas, como rebaños tras las coordenadas de democracia burguesa y oligárquica que nos han sido regaladas y de las cuales no convendría zafarse porque se trataría de valores cuasi absolutos.

Si persiste la democracia burguesa y oligárquica en Latinoamérica es porque las masas le dan crédito todavía y votan por ella. Si latinoamericanos se creen del primer mundo porque juegan fútbol con Alemania o EE.UU., están en un espejismo. Si la cúpula eclesiástica romana amante del capitalismo imperial europeo y gringo tiene poder todavía es porque las masas latinoamericanas creen en ella.

Si las masas latinoamericanas creyeran en ciencia, investigación, desarrollo integral, autodeterminación, soberanía, libertad, equidad, justicia, integración, unidad, paz, diálogo, respeto a mayorías, entonces no tendrían más poder oligarquías de aquí y allá, imperialistas y sus películas alienantes, intelectuales y gurus burgueses de universidades de Europa, EE.UU. o Japón, curas del statu quo y a favor de imperios y del sistema capitalista como en tiempos de la colonia, pero que aun persiste.

Pero persiste porque no existe el contrapeso necesario para hacer reflexionar a las masas latinoamericanas y del tercer mundo, desde instituciones conservadoras como parlamentos, gobiernos, iglesias, diarios y periódicos, televisoras y fuerzas armadas. Todo esto está en manos de burgueses y oligarcas. Faltan medios alternativos.

Excepto en Venezuela Bolivariana y en alguna medida también en Bolivia, Ecuador, Nicaragua y por supuesto Cuba. ¿ Es que acaso las masas de estos países han madurado más que las demás de Latinoamérica ?. En alguna medida sí, pero se trata fundamentalmente de los eslabones débiles del sistema capitalista.
Los líderes de EE.UU. jamás pensaron que en Latinoamérica - su patio trasero con ayuda de sus oligarquías caseras - serían indígenas de Bolivia quienes darían la tónica para crear una nueva civilización social en el continente. No son los únicos, están también mineros, fabriles, campesinos, militares, intelectuales, etc, pero aquellos son efectivos porque han logrado llevar al gobierno nacional a un líder indígena como Evo Morales que declara que EE.UU. debe aprender de Cuba llevando médicos a los países en lugar de armas y soldados.
Los teóricos del imperio tampoco soñaron que los militares adiestrados para matar pueblos enteros como en la mayoría de los países de la región, se levantarían con teoría de unidad e integración bolivarianas, como en Venezuela Bolivariana precisamente. Militares como Hugo Chávez que declaran que los días del imperio están contados y que Latinoamérica debe tomar otro curso económico, social, cultural, político e histórico, basado en ALBA, UNASUR y autodeterminación cultural.

G.W. Bush jamás pensó que intelectuales de Latinoamérica serían de corte marxista como Mariátegui o Allende o Quiroga Santa Cruz, por ejemplo. Ellos creyeron hasta ahora que intelectuales de la región en mayoría les gustaría pasear por Miami o apoyar las teorías gringas de democracia y libertad. Pero de estos también los hay y del mejor estilo reaccionario, cipayo y burgués como papá Vargas Llosa y su hijito malcriado y alienado de la realidad pobre del Perú y Suramericano.

En Bolivia los llamados intelectuales han perdido la brújula y se dedican a escribir contra el MAS, Constituyente, FFAA, indígenas, ALBA, UNASUR, PETROANDINA, nacionalización del gas, YPFB, PDVSA, COMIBOL, ENFE, ENAF, MUTUN, refinerías recuperadas por el Estado, eliminación de la deuda externa y analfabetismo, seguro de salud gratis y universal, renta de vejez gratis y universal para campesinos y citadinos que no aportaron, paz interna, liderazgo mundial y regional de Evo, apoyo de Venezuela Bolivariana a FF.AA. y damnificados, política de integración con Argentina y MERCOSUR, seguridad alimenticia, vacunación universal, programa cero hambre y desnutrición, universidades y colegios fiscales gratuitos para todos los jóvenes estudiantes, incremento del presupuesto de 326 municipios y nueve prefecturas, etc.

Es decir son intelectuales que a título de libertad de pensamiento escriben contra las masas y sus aspiraciones reales, a favor del imperio, polìtica neoliberal y TLCs, contra programas de liberación nacional y social, a favor de logias y comités racistas, contra el despertar conciente de pueblos, a favor de cúpulas reaccionarias de iglesias oscurantistas, en contra del cambio pacífico a través de asambleas constituyentes y referendos, a favor de teorías disgregadoras de la unidad nacional. Estos intelectuales no tienen futuro, pero ellos creen que son intelectuales y que el pueblo los escucha.

Intelectuales que tienen futuro son aquellos que se basan en la historia y muestran caminos para elevar la conciencia de pueblos enteros, que combaten el sectarismo y fundamentalismo con aplicación de ciencia y tecnología en campos natural, social, cultural, metodológico, epistemológico y progresista popular. Esos intelectuales son silenciosos y humildes, pero existen por miles y cien miles en Latinoamérica y aun en Bolivia. Gracias a ellos las masas empobrecidas podrán ser libres y alcanzarán a construir una nueva civilización social a escala regional y mundial.

28.VII.2007 rancardonay@yahoo.es

Friday, August 11, 2006

Acerca de Karl Marx

¿Sabías que UNO DE CADA MIL marxistas ha leído, de hecho, la obra de Karl Marx, y CERO de cada mil antimarxistas la ha leído? Si no lo crees, pregunta a cualquiera que se precie de ser marxista o antimarxista en cuál de las obras escritas por Marx se encuentra su famosa frase "La religión es el opio del pueblo"
"Al igual que el cristianismo, el marxismo ha fracasado porque ambos dogmas no pueden seguirlos los hombres, sino los ángeles "...
Dr. Marco Aurelio Torres Herrera, maestro emérito UNAM
Admiro profundamente a Karl Marx ya que ha sido uno de los grandes pensadores de la humanidad que imaginó un mundo verdaderamente justo, equitativo y humanitario, y no se limitó imaginar o a soñar. Propuso una teoría profunda, con estructura filosófica enraizada en la Dialéctica, que es la teoría filosófica más aceptada en cuanto al estudio del comportamiento humano en general. Marx comprendió la teoría dialéctica de Hegel como ningún otro hombre lo ha logrado aún en la actualidad, y con base en ella formuló una doctrina maestra que, bien encauzada y observada con rigor y disciplina, conduciría al sistema social y económico ideal para el hombre evolucionado.
¿Por qué el marxismo es "justo y humanitario"?
Porque los medios de producción pertenecen al trabajador y no al empresario.
No existe la mortal competencia capitalista en la que la empresa monopoliza los grandes capitales y fija los precios de mercado de modo que los competidores no puedan igualar tales precios de venta, siendo absorbidos, lenta o rápidamente, hasta la quiebra.
En estas condiciones, los obreros, campesinos y en general la mano trabajadora que pone a funcionar la maquinaria fundamental de un país, es explotada cruelmente bajo el influjo del libre mercado con su oferta y su demanda competitivas.
El marxismo propone que toda producción sea controlada por el gobierno, de modo que lo trabajado sea repartido equitativamente: no hay competencia, monopolio ni explotación irracional de los recursos naturales y humanos.
La ignorancia de la gente ante la propaganda capitalista, la corrupción de los gobiernos socialistas y la feroz expansión del neoliberalismo globalizante, enemigo del trabajador, llevaron a la ruina al sistema económico-político más excelso pensado por un hombre brillante, para hombres incorruptibles, libres de codicia, ambición o fanatismo.
En ello radicó la falta, si puede llamarse así, del marxismo, y en ello se parecen el cristianismo y el marxismo: ambas doctrinas confiaron ingenuamente en el hombre bueno, disciplinado y puro.
Marx, como todos los grandes visionarios, imaginó un mundo centurias adelantado respecto de su época. En su mente genial encontró la ruta exacta para alcanzar ese mundo "utópico". Por ello rindo homenaje a ese hombre, grande entre los grandes, y que tiene más mártires que el mismo Cristo.

Tuesday, July 25, 2006

HUMBERTO MATURANA Y EL CONFLICTO ESTUDIANTIL

"Los jóvenes buscan darle sentido a sus vidas"

Comenzó como un movimiento tímido. Casi parecía un berrinche. Un pataleo poseso de reivindicaciones repetidas. Pero la "revolución de los pingüinos", como ha gozado llamándola la prensa latinoamericana, desempolvó la adolescencia. Esta vez los gritos llevaron a la LOCE al paredón. Una figura jurídica que da cuerpo a un sistema educativo que "es concebido como un negocio y donde las personas son tratadas como mercancías", dice Humberto Maturana (75). Y eso es lo que rechazan los estudiantes "que necesitan sentirse parte de un proyecto común, y que quieren ser útiles a la comunidad a la que pertenecen".

En entrevista con La Nación, el filósofo y biólogo, creador de textos como "El árbol del conocimiento", -reconocido en el mundo entero- expone sus visiones acerca de los problemas que afectan a la educación chilena y que quedaron en evidencia con los recientes levantamientos estudiantiles, que han dado origen a la más importante protesta secundaria que se haya registrado en Chile en democracia. "Cuando alguien pide ser escuchado, como hacen los estudiantes, uno se pregunta: ¿Qué es lo que quieren decir y no pueden? Yo creo que este movimiento estudiantil refleja una sensación de no sentirse respetados, de no sentirse invitados a un futuro que les haga sentido en sus vidas".

-¿Qué le parece que después de tanto tiempo en que una inmensa maquinaria simbólica ha construido estereotipos de la juventud, en los que se realza su carácter superficial e incluso antisocial, sean adolescentes quienes estén promoviendo cambios a la educación?

-Todos nosotros cuando éramos niños en algún momento hacíamos visiones respecto de nuestro futuro. Cuando chico yo iba a ser aviador, iba a ser legionario, aventurero, iba a explorar. Pero esas son todas visiones que en el fondo implican un tipo de presencia desde uno en un mundo que hace sentido. Sin embargo, en la actualidad lo que se hace es empujar a los jóvenes a un espacio mercantil, carente de sentidos. Esos sentidos antes lo proporcionaba la familia, pero también el colegio que tenía una cierta identidad. Pero eso no está en la cultura actual, salvo en los colegios públicos más tradicionales, como el Instituto Nacional, que es justamente donde han comenzado las movilizaciones.Maturana cree que una de las grandes diferencias de la educación actual con la que él recibió cuando era estudiante, es que en ese tiempo, a pesar de las diferencias de pensamiento, todos querían lograr a través de la educación lo mismo: "Devolverle al país lo que de él habían recibido". Siguiendo su análisis, existiría un cambio sustantivo entre esto y la situación actual en donde se promueve una visión individualista y competitiva de la educación. "Si uno le preguntase hoy a los jóvenes en el primer año de universidad qué es lo que quieren de sus estudios, yo no creo que mayoritariamente digan: 'devolverle al país lo que me ha entregado'. ¡Porque el país no les ha entregado nada! ¡Todo lo han tenido que comprar!".

"Entonces -concluye Maturana-, yo pienso que este movimiento estudiantil responde a la necesidad espiritual de ser parte de un proyecto común, de un proyecto nacional, que les haga sentido, en el que perciban que su actividad es significativa para la comunidad de la que forman parte. Ese proyecto estaba desapareciendo y lo que los estudiantes hacen es intentar reconstruirlo".

-¿Y cómo cree que ha enfrentado el tema el Gobierno?

-Yo creo que la Presidenta Bachelet está un poco atrapada por su entorno que trata el problema de la educación como un tema económico, como un tema de inversión y producto. Siento que ella no ha podido abrir un espacio donde sea posible abordar lo fundamental, que es el sentido de la educación, el proyecto de país. Y lo que ahora tenemos que hacer es regresar a lo fundamental que es justamente el sentido de la educación y el proyecto de país. Tenemos que construir un proyecto donde todos se sientan partícipes de la creación de un país donde sea deseable, digno y creativo vivir.

El orden tras el golpe

Maturana no sólo busca en la actualidad una respuesta al momento social que vive Chile: "Yo pienso que una de las orientaciones principales de la dictadura militar fue reducir al mínimo el espacio reflexivo del país de modo de destruir los movimientos políticos que tenían como propuesta fundamental el desarrollo de la nación. Las ideologías políticas tienen sus dificultades, sus trampas. Pero esa era una época –la anterior a 1973- en que ser comunista, socialista, democratacristiano o liberal, constituían visiones inspiradoras. Y para acabar con los sueños colectivos, lo que se hizo fue romper las redes de conexiones y conversaciones. ¿Y dónde?: En la juventud, en la educación".

A partir de este análisis, Maturana infiere que la privatización de la educación "no sólo tuvo un objetivo mercantil, sino que fundamentalmente pretendió romper las tramas de unidad que la educación generaba en el país". Este sueño compartido se habría perdido con la dictadura y no se ha vuelto a recuperar -estima- "principalmente porque en el proceso de recuperación de la democracia "no hubo suficiente claridad con respecto a la necesidad de construcción de un proyecto nacional".

Consultado respecto de la importancia que la derecha chilena y la mayor parte de los dueños de colegios otorgan a la "libertad de enseñanza", Maturana dice que este concepto se utiliza con el objetivo de definir prácticas "que apuntan a disolver todo rastro de proyecto nacional". Y fundamenta: "Se plantea que tenemos que respetar el espacio que cada colegio debe tener para construir su proyecto educativo. Pero al defender eso, lo que se sostiene en el fondo es que tiene que haber tanta diversidad en la educación como para que no haya espacio para una unidad política fundamental, para un proyecto de país. Porque si cada cual se educa de manera distinta: ¿En qué espacio simbólico se pueden encontrar los estudiantes y demás miembros de la sociedad? Ahí está el meollo de la cuestión: La idea es que no se puedan encontrar. Lo que se está haciendo en el fondo es enfatizar el espacio de lo mercantil y competitivo que te dice: Tu tienes que defender tus intereses. Es un discurso de contradicción entre lo individual y lo social que fomenta la fragmentación".

Maturana sostiene que éste pensamiento pedagógico y económico es muy distinto al de quienes consiguieron instaurar en Chile la educación laica obligatoria -última parte del siglo XIX-. "Ésta, señala el biólogo, se creó para dar un trasfondo de unidad de pensamiento y reflexión en el lenguaje, en todos los estratos sociales, que tenía como fin dar forma y vida a un país".

-Y esta disolución del proyecto nacional ¿Es decisiva en la existencia de emprendimientos como Pascua Lama y tantos otros que destruyen y contaminan el mar, ríos y montañas?

-Exactamente. Porque carecemos de una noción de país que esté permeada por un proyecto nacional, en donde la tierra sea concebida como el espacio donde todos estamos viviendo y construyendo un país donde sea digno vivir. Si no existe eso, si son todos casos locales que son analizados con visiones economicistas, tú tienes, en último término, la destrucción de todo, porque has roto la conectividad de pensar y sentir qué constituye al país como unidad.

Las manifestaciones estudiantiles estarían contribuyendo, según Maturana, a revertir una de las peores cosas heredadas del Gobierno militar: "La negación de la reflexión". Y explica esta aseveración: "Durante la dictadura se reprimieron las conversaciones políticas. Pero esto derivó en que se suspendieran todas las conversaciones. No podíamos hacer conversaciones que tuviesen críticas al Estado. Pero entonces se conversaba de nada. Ni siquiera había conversaciones científicas. Porque cada vez que tú tienes dos o tres personas conversando de su trabajo, de las cosas que son para ellos importantes, pronto aparece la conversación política que tiene que ver con el sentido de lo que están haciendo en el espacio más grande de la comunidad o del país. Entonces sí se suprimen las conversaciones políticas, se suprimen todas las conversaciones. Creas esta ruptura, esta falta de unidad. Entonces cuando los estudiantes se manifiestan es como si sacaran el tapón que tiene las aguas estancadas. Y muchos adultos están contentos por eso porque esto nos abre a todos la posibilidad de conversar: Los estudiantes han permitido que corra el agua de la reflexión", concluye.

Maturana sigue con sus elucubraciones: "En una comunidad no son los intereses personales los que prevalecen, sino la participación en la creación de un mundo común. En el libre mercado lo que prima son los intereses personales". Y ahí estaría la gran ceguera de la clase gobernante y las élites chilenas: "Pensar que los jóvenes buscan una solución económica a su vivir. ¡No! Ellos buscan un sentido que darle a sus vidas".

El pensador estima, en todo caso, que el movimiento estudiantil corre el riesgo de enceguecerse en la búsqueda de sus demandas. De creer que el tema del conflicto es ganarle al Gobierno. Pero: "Lo importante es abrir espacios reflexivos. No quien gana. No tenemos que ganarle al otro, tenemos que conversar, tenemos que abrir la reflexión".

Maturana cree que la participación de los alumnos en el Consejo Asesor Presidencial es legítimo, necesario, "puesto que hay que abrir el espacio de la conversación". Sin embargo, expresa el temor de que algunos estudiantes pretendan cruzar esa frontera y convertir las diferencias con el Gobierno en una lucha por saber quien gana. Si eso fuera lo que estuviera ocurriendo, estima que la situación no tendría salida. "Si tu miras, todos los conflictos en último término se resuelven en la mesa de conversaciones". Agrega: "Lo terrible, por ejemplo, que pasa en Irak, es que esta invasión norteamericana no dejó un espacio para encontrarse con los otros en una mesa de conversación porque lo dominó todo".Los secundarios -piensa- tienen que ser muy claros en aceptar una reflexión filosófica sobre lo que se trata el intercambio con el Gobierno: "No estamos luchando con el Gobierno, estamos invitándolo a generar una apertura que transforme el sistema educacional el cual no tiene sentido para nosotros. No queremos ser elementos mercantiles, queremos un sentido nacional, queremos que lo que estudiamos nos haga sentido para la vida futura porque queremos contribuir al mundo en el cual vamos a estar viviendo que es en el fondo el país. Así es como pienso que deberían realizar sus propuestas".

LA DESIGUAL CONDICIÓN DE VIVIR

Además de los problemas de sentido de la educación chilena, Maturana cree que los estudiantes con sus protestas han puesto en evidencia la enorme inequidad que existe en la educación chilena, que es un correlato a lo que ocurre en todas las esferas sociales del país. Maturana expone sus perspectivas respecto de este tema mediante un ejemplo: "El '68 comenzó la reforma universitaria. Yo trabajaba en la Escuela de Medicina. Y ahí, como en todo el país, se abrieron espacios de conversación. Y yo me pongo a conversar con el portero y le pregunto: ¿Qué le parece que yo gane más que usted? Y él me dice: 'Bueno, pero usted ha estudiado. Yo no estudié. Usted se dedica a lo que está haciendo y yo a lo mío.... pero usted ha estudiado: Yo creo que está bien.

-¿Y si yo ganase dos veces más que usted?, le repliqué.

- Es lo que le digo, usted ha estudiado, se lo merece.

-¿Y si yo ganase cuatro veces más que usted?

-Emmm, bueno, pero usted ha estudiado, dice dubitativo.

-¿Y si yo ganase diez veces más que usted?

-¡No pues! Ya como que sería demasiado, ¿no?

Maturana hace una reflexión a partir de éste diálogo: "Ahí aparece el tema de la equidad y la inequidad. Hay un espacio de diferencia que es legítimo, pero de pronto esas diferencias pasan a ser ilegítimas. Deja de haber equidad. Y eso se siente. El que yo ganase hasta el doble que él estaba dentro de lo legítimo porque estaba dentro de la naturaleza de la historia vivida. Pero un poco más ya empezaba a ser no tan legítimo. ¿Hasta cuándo puede ganar uno más que otro? No se trata de que todos seamos iguales, porque no somos todos iguales. Pero de lo que se trata es de que seamos todos copartícipes de un proyecto común y es eso lo que va a definir las dimensiones de equidad. "Siempre van a ver diferencias en la vida que son respetables. Estas dimensiones no son cuantitativas, son de sentido, son espirituales, son de significado en la vida. El que uno gane un poco más que el otro, si los dos pueden vivir con dignidad, no hace mucha diferencia. Pero el que uno gane mucho más que otro no es tan legítimo porque para que uno gane mucho mucho más que otro, otros tienen que hacerse pobres".

"Todavía la noción de plusvalía es válida: cada vez que alguien se hace muy rico hay quienes se hacen muy pobres. Y eso es el fundamento de la inequidad: crear continuamente una diferencia que resulta ser ilegítima".

La Nación

Francisco Marín